En este nivel los objetivos de aprendizaje empiezan a ser más ambiciosos y se delega más autonomía y responsabilidad en los niños y niñas.
Si bien la motivación por aprender sigue siendo relevante, las clases de apoyo pasan a tener unos objetivos específicos a alcanzar: aprobar asignaturas concretas, ayudar en la comprensión de conceptos o temario dado en clase que no se ha asimilado o, en muchas ocasiones, tener un espacio dedicado a resolver dudas de su día a día escolar que no se plantean en su clase ordinaria
En esta etapa al igual que en las anteriores, en nuestras clases de repaso nos centramos en las necesidades especificas del alumno, descubriendo donde está el problema con la asignatura, y apoyándonos en distintas formulas para poder superarlo.